Organizando los preparativos de mi graduación, dije algo horrible y fue lo siguiente: "No se que le voy a escribir a mi padre en los agradecimientos si no tengo nada que agradecerle..." En este momento y después de un análisis a mis palabras poco pensadas, comprendí que tengo mucho que agradecerle al Viejo.
A pesar de que mi madre fue la persona de la cual recibí el apoyo más importante: Desvelos junto a mí, sacrificios indescriptibles, apoyo moral y muchas cosas más, mi padre me dio también algo muy importante, y fue el hacerme conocer el precio de la vida. Él me mostró que para que la obtención de algo que se desea ferreamente sea una satisfacción personal, es necesario luchar por ello y salir a enfrentar al mundo. Gracias a él aprendí a valorar más cada uno de mis logros porque supe en cada momento que éstos eran, antes que a nadie, gracias a mi. Y sobre todas las cosas, me mostró que al caerme, no debo esperar ser levantado, si no levantarme, y cada caída es una oportunidad para levantarse de nuevo...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario